AKI KAURISMÄKI

                                                     Aki Kaurismäki de jovenzuelo

Y seguimos en Finlandia. Como comentaba en el post anterior, la novela Delicioso suicidio en grupo me recordaba un poco a las películas de Aki Kaurismäki. Casualmente le dedicaron hace poco un ciclo en el Reina Sofía y esta semana pusieron en La 2 su última película, Le Havre. Así que me acojo a todas estas razones como excusa para hablar de uno de mis directores favoritos.

Recomendar una película de Aki Kaurismäki a veces da miedo, porque lo primero que te viene a la cabeza es que son películas sin apenas diálogos y cuando los hay son muy escuetos. Además la mayoría de los protagonistas (aunque yo creo que todos...) suelen ser gente fracasada o triste... No sé, así de primeras igual no parecen muy atractivas...

                                                   

La primera película que vi de Aki Kaurismäki

Bueno, pues pese a todo esto, no puedo dejar de recomendar sus películas, por lo menos las que yo he visto, que no son pocas. A pesar de esta descripción que doy, las películas de Aki Kaurismäki tienen algo que te acaba atrapando. Sin darte cuenta estás metido de lleno en las penurias de los protagonistas (algunas veces hasta te hacen reír) y, cuando piensas que ya nada puede ir a peor, al final (en la mayoría de ellas) hay un cierto  halo de esperanza que te deja un buen sabor de boca al terminar de verlas.

Algunas razones más por lo que me gusta tanto su obra:

Kati Outinen

Sus actores, que en la mayoría de las películas son los mismos, son estupendos, todos tienen unos rostros tan creíbles... Imposible no mencionar a la actriz con la que más trabaja y que me encanta Kati Outinen. 

Los escenarios suelen ser barrios marginales o proletarios, normalmente de Finlandia, pero también rodó en Londres, París y Le Havre (pensó en Vigo antes de escoger a esta última). 

La música, que es otro personaje más, y yo creo que fundamental, es de lo más variada, desde rock finlandés y tangos de Gardel hasta el mismísimo Joe Strummer,  que  sale en una película (Yo contraté un asesino a sueldo). Hay un disco dedicado a la música de sus películas y que está en spotify: Music In The Films Of Aki Kaurismäki.

Y por último, ninguna de sus películas, por expreso deseo del director, dura más de una hora y media (muchas duran menos).

Leningrad Cowboys

Yo tuve la suerte de descubrir a este director gracias a un ciclo que dieron en la universidad. Y luego poco a poco, por mi cuenta, fui viendo alguna más. He visto 10 de ellas, y todas me gustaron mucho menos una: Leningrad Cowboys go America (1989) (la peor película de la historia según el propio director), que he de decir que aunque no me gustara, es curiosa de ver, cuenta las peripecias de un grupo de rock finlandés muy peculiar que intenta triunfar en América. (Aunque en principio ficticia, ahora la banda sigue en activo...)

Las otras nueve son : Sombras en el paraíso (1986), Ariel (1988), La chica de la fábrica de cerillas (1990), Contraté a un asesino a sueldo (1990), La vida de bohemia (1992), Nubes pasajeras (1996), Un hombre sin pasado (2002), Luces al atardecer (2006) y Le Havre (2011).

Resumir todas sería larguísimo (vais a Filmaffinity...), pero meditando mucho, voy a elegir dos que considero mis favoritas, y con las que empezaría si no habéis visto ninguna. Una la volví a ver ayer y me sigue encantando: La chica de la fábrica de cerillas, película de apenas una hora protagonizada, cómo no, por Kati Outinen, que cuenta la triste historia de una chica que trabaja en una fabrica de cerillas y que es ninguneada por sus padres y por la gente en general.




La otra película es Nubes pasajeras, donde nos cuenta la historia de un matrimonio que se queda sin trabajo y las consecuencias que ello les trae. Otra triste historia y por supuesto protagonizada también por Kati, pero aquí ese halo del que hablaba antes se deja ver...

Nunca me olvidaré de un sketch del programa La hora chanante en el que hacen una imitación de las pelis de Kaurismaki (ole por ellos!!), en la que se pasan un buen rato en un salón sin decir prácticamente nada y sin apenas movimiento. No lo encuentro por ninguna parte, pero buscando encontré otro que juraría que no es el mismo (lo vi hace mucho y una vez). Es un sketch de La chica de la fábrica de cerillas. Si no habéis visto la película no lo veáis porque, a su manera, desvelan algo clave. Si la habéis visto ya sólo con ver la foto... No lo puedo evitar, me hacen muchísima gracia.

Y para terminar, os dejo con un músico finlandés y una bonita canción de nombre impronunciable con la que termina Nubes pasajeras: