miércoles, 19 de febrero de 2014

TRES MUJERES









Y por fin leo a Sylvia Plath.

Ya iba siendo hora, siempre la tuve en mente, quizá atraída por su triste historia (interesante artículo sobre ella en Jot Down), lo reconozco, pero nunca me ponía a ello. La poesía me cuesta, no lo puedo evitar, es difícil que me enganche, como ya comenté en el post de Las personas del verbo. Pero todo llegará como llegó Sylvia.

Y llegó gracias a que estas navidades me regalaron el poema Tres mujeres, publicado por Nórdicalibros en 2013, acompañado de unas ilustraciones realizadas por Anuska Allepuz.



Antes de nada, mencionar el dilema que ya tuvimos en el post de ¿Cuánta tierra necesita un hombre? ¿Compensa esta edición por su precio etc...? Realmente no, es sólo un poema acompañado de unas ilustraciones que, casualmente, en este caso, a mí no me emocionaron mucho. La ventaja: que es cómodo de leer, es una edición bilingüe y como siempre defiendo, puede ser un bonito detalle como regalo. En mi caso, me vino muy bien como incentivo para animarme, por fin, a leer a Sylvia Plath y pasarme después al tomo (que ya había en casa) que sí merece la pena : el de Poesía completa de Sylvia Plath de la editorial Bartleby, un libro de unas 700 páginas (que sólo cuesta el doble del de Nórdica) con unas notas muy interesantes al final sobre cada poema ( que se pueden leer casi como una biografía de la autora ). La única pega que le pongo es que, aunque bilingüe, el poema en inglés viene en una letra muy pequeña debajo del otro, con lo que es muy incómodo de leer.




Tres mujeres fue un poema concebido para que fuera leído en voz alta, de hecho, así lo hizo la propia autora en la BBC en 1962. Más tarde se vería publicado en 1968.

Es un poema a tres voces. Su tema principal es la maternidad y cada voz representa a una mujer diferente, la que acaba de ser madre porque quiere, la mujer que sufre un aborto y su pena por ello y la mujer que es madre y no quiere serlo. Tres puntos de vista y tres experiencias diferentes.

Un poema muy impactante y duro. Y como dice Joyce Carol Oates "Plath ha puesto voz a nuestras más íntimas pesadillas".

Os dejo un fragmento del poema (es la traducción del tomo de Poesía completa) en este caso de la tercera voz (la mujer que ha sido madre, pero que no quiere serlo, dejando a su hijo en adopción):


     Llevo los vestidos de una mujer gruesa a la que no conozco.

     Llevo el peine y el cepillo. Llevo un vacío.

     De pronto soy tan vulnerable...

     Soy una herida saliendo del hospital.

     Soy una herida a la que dejan irse.

     Detrás queda mi salud. Detrás queda alguien que quiere

     Adherirse a mí. Pero yo desato sus dedos como vendas, y me marcho.



Y acabo con una bonita canción de Ryan Adams dedicada a Sylvia Plath.









jueves, 6 de febrero de 2014

UN POCO MÁS DE COROS, POR FAVOR.




                                                                       The Shangri-las By Kouya- Sura


Hoy me voy a salir de lo habitual y le voy a dedicar el post a 5 canciones, pero no por el contenido de sus letras sino por sus coros. Todo esto viene por un "reto" de un bloguero amigo, que me proponía publicar, en mi siguiente entrada, un tema con coros arrebatadores, algo de lo que ambos somos bastante fans (o eso me parece a mí...).

No dudé en aceptarlo, pero, ¡oh mísera de mí!, parece que no me conozco... ¿Elegir UNA sola canción? ¿yo? La indecisión es una de mis virtudes, así que dándole vueltas, al final me decidí por hacer un top 5, una especie de revival de cinco canciones que me atraparon por sus coros, allá por la adolescencia, y que todavía, cuando las vuelvo a escuchar, hacen que me apetezca coger el cepillo a modo de micrófono (sí... ¡todos tenemos un pasado!) y acompañar a los cantantes con mi melodiosa voz de corista...

Mi número uno no puede ser otro que Shiny happy people, de R.E.M. Andaba yo por 8º de EGB, cuando salió el Out of time, y Shiny happy sonaba en todas partes, con los coros de una chica que de aquella no conocía (Kate Pierson de los B-52´s), que me parecía que quedaban genial detrás de la voz de Michael Stipe. Y así fue, como, gracias a Kate Pierson y sus coros, descubrí al que fue uno de mis grupos favoritos durante muchos años. Y no digo nada de su magnífico videoclip, que me sigue transmitiendo una alegría localoca.






Por esa misma época, me empiezo a fijar en un par de grupos de mujeres: Las Shangri- Las y las Ronettes (imposible no pensar en Siniestro total al escribir esto... ). Mi segundo puesto va para las Shangri, que son las primeras que escucho sin parar y, aunque está claro que todas sus canciones tienen coros, mi favorita a día de hoy es Leader of the pack








Otra de mis primeras referencias musicales son los Beatles y, mi debilidad, los coros de Nowhere man. Y por misterios de la mente humana, siempre asocié esta canción a la de Fernando de Abba...  ¿El por qué?  ¡¡no lo sé!!








Ya por la época del instituto descubrí al primer grupo español que me hizo fijarme en sus coros: Los flechazos, un grupo del que me hice muy fan. No sabes bailar va para el puesto Nº 4, una canción tan pegadiza que la sigo cantando cada dos por tres con segundas voces incluidas... (Algo que podrá corroborar una buena amiga que es la que sufre las consecuencias en nuestros paseos diarios).







Y por último, Van Morrison, que llegó a mí un poco más tarde. Tiene muchas canciones, muchísimas diría yo, que van acompañadas de coros, pero ésta, especialmente, es la que más "canté" acompañando a Van : Bright side of the road.