martes, 27 de agosto de 2013

COMO ACABAR DE UNA VEZ POR TODAS CON LA CULTURA







Otro buen libro para llevar de playeo, piscineo o lo que se tercie este verano es esta recopilación de textos escritos por Woody Allen (la mayoría de ellos escritos para la revista del New Yorker) entre los años 1966-1972.

Como acabar de una vez... es el título de uno de esos textos y el título que le dieron en España a este recopilatorio, su nombre original es Getting even. En cada uno de ellos Woody Allen desmitifica temas de filosofía, de historia, de religión, de cine... Ironizando o parodiándolos. El psicoanálisis, la mafia o incluso los espectáculos de mimo tampoco se libran.





Entre mis favoritos están  el que protagoniza el conde Drácula, titulado : Para acabar con las películas de terror, en el que el pobre conde sale a darse un banquete pensando que es de noche y en realidad había un eclipse... O el titulado Para acabar con las novelas policiacas, una buena parodia del estilo de las novelas de Raymond Chandler. Y, el que más gracia me hizo de todos es el protagonizado por el barbero más famoso del Tercer Reich ( Para acabar con las memorias de guerra ), que cuando se enteró de la clase de persona que era Hitler dijo: " Una vez, casi al final de la guerra, contemplé la posibilidad de abrir un poco la sábana que Hitler tenía atada al cuello y dejar caer por su espalda los pelitos que acababa de cortarle, pero, en el último instante me traicionaron los nervios " .

Un buen libro para pasar unos momentos muy divertidos y rápido de leer.





La parte musical se la dedico a una de mis películas favoritas (y a la que más cariño le tengo) de Woody Allen: La rosa púrpura del Cairo. No creo que sea la mejor, pero... ¿Quién no ha soñado, como Mia Farrow en la película, que tu actor favorito salga de la pantalla para estar contigo?

La canción elegida es la que sale en la escena final de la película: Cheek to cheek (la escena no desvela nada, pero, para los que no la hayan visto y prefieran no arriesgarse, pongo un segundo enlace en la que sólo vemos a Fred Astaire y Ginger Rogers bailando esa canción en la película Sombrero de copa).

martes, 13 de agosto de 2013

AT THE INDIE DISCO







Hoy tengo (o más bien tenía) un día de "desidia absoluta", un estado en el que últimamente me encuentro muy a menudo... Pensando en qué iba a escribir para el blog, todos los libros que se me ocurrían me parecían  una mierda !! Ay !! qué daño hace la desidia!! (creo que cada vez me gusta más esta palabra...) Mientras me lamentaba decidí buscar en el Spotify unas cuantas canciones deprimentes que me ayudaran a retroalimentar esta desidia, pero la susodicha fomenta la pereza y eso de ponerme a buscar... Con lo que le di al modo aleatorio en una de las listas que ya tengo hechas y, para mi sorpresa, la primera que sale es una  "canción antidesidia"  a la que le voy a dedicar este post, más concretamente a la letra (que para eso es un blog de lectura...), con la que me siento completamente identificada y estoy segura que a mucha gente le pasará lo mismo (pienso sobre todo en los amigos que compartieron conmigo "aquellos años universitarios").


Así que antes de nada, aquí os la dejo (con los subtítulos en español) : AT THE INDIE DISCO de The Divine comedy .








" We go down to the indie disco every thursday night " (bajamos a la Indie disco cada noche de los jueves) ¿Con este principio, cómo no iba a engancharme esta canción?  Nosotros también bajábamos cada noche de jueves (y algunas más...) y, como dice la canción, también escuchábamos en nuestra discoteca a The Cure, Blur y lo dábamos todo cuando pinchaban el Here comes your man o el Debaser de los Pixies... También bailábamos hasta el amanecer, y por supuesto, también había, jueves tras jueves y durante varios años, la misma canción al cierre, que no era Blue Monday, sino Creep de Radiohead, canción que muchos de nosotros siempre asociaremos a ese momento en el que teníamos que abandonar nuestra "Indie disco" particular:


¿Os suena esta entrada?


Aquí está la letra en inglés:







jueves, 8 de agosto de 2013

LAS MANOS PEQUEÑAS








La maldad y violencia infantil siempre es un tema que nos produce inquietud y que no sabemos muy bien cómo tratar...


La mala semilla
La calumnia
Narciso Ibáñez Serrador nos planteó una interesante pregunta en la película ¿Quién puede matar a un niño? Seamos sinceros, ¿ acaso no lo pensamos cuando vimos La mala semilla, aquella película protagonizada por una niñita de mirada angelical y mala como un demonio? ¿O con la repelente niña de La calumnia en la que Audrey Hepburn y Shirley McLaine  sufren lo indecible por culpa de una mentira maliciosa? Y con los niños de El pueblo de los malditos... ¿Qué haríamos con ellos? Y la impresión que nos causaron ciertas partes de El señor de las moscas... Y así, pensando y pensando, surgirían miles de ejemplos. Nada como un niño malvado  para darnos miedo.

En Las manos pequeñas se transmite muy poco a poco y muy sutilmente  una violencia infantil que al final te deja a cuadros. La historia la protagoniza Marina, una niña de 7 años que acaba de perder a sus padres en un accidente, por lo que la envían a un orfanato en donde se verá rodeada de niñas que la dejan de lado y se meten con ella (ella representa todo lo que no han  tenido), hasta que a Marina se le ocurre un extraño juego supuestamente inocente... Y hasta aquí puedo contar!


El madrileño Andrés barba (1975) nos traslada en esta novela corta a los pensamientos más crueles de la infancia, contándonos  algo terrible e inocente al mismo tiempo y  que pasó realmente en un orfanato de Río de Janeiro, cosa que hace que me parezca más escalofriante. La verdad es que tenía olvidado completamente a este autor (guionista, traductor y fotógrafo además de novelista), porque ya hace tiempo que leí Las manos pequeñas. Yo creo que va siendo hora de echarle un vistazo a otra de sus novelas, que no son pocas...


Imagen de El orfanato
La foto de la portada del libro (que me recuerda a una de las imágenes de la sobrevalorada, para mí  al menos, El orfanato) es de la fotógrafa neoyorkina Diane Arbus. Su obra merece la pena, para los que no la conozcáis, echadle un vistazo, no tiene desperdicio :http://diane-arbus-photography.com/


Y para acabar que mejor que con una niña encantadora (aquí ya un poco crecidita) y que  creo que ha hecho varias veces de huerfanita o algo similar... Cantando una canción muy ye- yé y que no está nada mal : Mi pequeña estrella de Marisol.